Un equipo de astrónomos franco-estadounidenses de la Universidad de Yale (Connecticut, USA) han descubierto un planeta cuyo manto está compuesto básicamente de grafito y diamante.
El planeta de diamante orbita alrededor de 55 Cancri (en la constelación de Cáncer). Su tamaño es mayor que el de la Tierra, unas dos veces su radio y una masa 8 veces mayor. Su período de translación es de apenas 18 horas.
¿Cómo es posible que esté hecho en gran parte de diamante? Porque su sistema solar se compone fundamentalmente de hierro, carbono y silicio. Unos cuantos millones de años actuando sobre ellos una gran presión y calor hacen el resto.
Se estima que una tercera parte de su masa sería diamante lo que supone casi 3 veces la masa de la tierra o, en términos algo más económicos, una cantidad de varios trillones de veces la cantidad de diamantes que podrían extraerse de la Tierra.
Bien, el Universo es grande. Podrían haber literalmente miles de planetas de diamante, oro o incluso uranio. Están ahí, tan solo falta encontrarlos.
Si pudiéramos salvar el pequeño escollo de la distancia (alrededor de 40 años luz desde la Tierra) y del calor de su superficie (rondando los 2100 grados centígrados) seguramente ya existirían planes para explotarlo. Claro que habría que hacerlo de forma contenida ya que si no los diamantes terminarían costando menos que las canicas.
Pero una de las virtudes (y no la menor) de la astronomía es que siempre nos permite soñar. Y crear estupendas obras de ciencia ficción.
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