La fascinación por las novedades tecnológicas hacen que, en igual medida, mucha gente deje de prestar atención a algo tan importante como es la privacidad y la seguridad. Esto se hace especialmente notorio en el mundo de la tecnología móvil. Instalamos alegremente aplicaciones sin detenernos a examinar los permisos que les concedemos y así facilitamos que nuestra información privada caiga en manos de terceros con suma facilidad. Luego, posiblemente, nos quejamos de recibir spam y llamadas comerciales. Y esto es lo más suave que podría suceder.
Muchos dicen: bueno, a mi no me importa tanto el tema de la privacidad y la seguridad; al fin y al cabo, no tengo nada que ocultar y no creo que le interese a los servicios secretos de ningún país.
Y así, nos volvemos pasivos ante la flagrante violación de nuestros más fundamentales derechos, mirando hacia otro lado.
Elegir aplicaciones seguras y respetuosas con nuestra privacidad es algo más que evitar que nos espíen o comercien con nuestros datos. Es una reivindicación, una manera de transmitir al mundo tecnológico lo que queremos, el futuro que queremos que se construya.
Como consumidores de tecnología tenemos derecho a ser activos y usar el poder que nos proporciona la capacidad de elegir.
Una cosa es comunicarnos y otra vender por nada nuestra privacidad.
Lo hemos dicho muchas veces: algunas de las aplicaciones de mensajería instantánea más populares no son seguras. No solo Whatsapp es insultántemente indolente en materia de seguridad sino que continuamente vemos casos de otras aplicaciones que están dando más que sustos. Snapchat, por ejemplo, expuso los números de teléfono de millones de sus usuarios. No solo es un tema que atañe a tu privacidad personal sino que es extensivo a todos tus contactos ya que a este tipo de aplicaciones también se les da permiso para acceder a tu agenda personal.
No voy a extenderme más sobre este tema. Tan solo voy a aportar otra buena alternativa. Y esta sí que es muy segura y completamente respetuosa con tu privacidad. Te diré por qué. Pero ante todo, agradecer a @anonimoak el que me haya sugerido que la probara e investigara.
Surespot: seguridad y privacidad a toda prueba.
Surespot es una aplicación de mensajería instantánea extremadamente segura.
De hecho, lo primero que hay que pedirle a una aplicación de este tipo es que no nos pida asociarla a un número de teléfono. Y así es con Surespot. Para utilizarla basta con elegir un nombre de usuario y contraseña. Ni siquiera una dirección de correo.
Luego, todos los datos, conversaciones y adjuntos son cifrados con una clave simétrica de 256 bit AES mediante claves creadas con curvas elípticas de Diffie–Hellman (ECDH) de 521 bits. Si te suena a chino basta con saber que es un método a la altura de James Bond. Los mensajes son cifrados según se van redactando y solo pueden ser descifrados por el receptor. No hay forma de que estos mensajes sean interceptados y descifrados por terceros. Al menos mientras no dispongan de algún ordenador cuántico avanzado para poder efectuar la operación en un plazo razonable de tiempo.
Tanto la clave privada como la pública se guardan en tu dispositivo. Esto quiere decir que si lo pierdes no podrás recuperarlas (aunque siempre puedes crear un usuario nuevo y empezar de cero). Obviamente, la aplicación te facilita guardar una copia en otros soportes, incluyendo tu espacio personal en alguna nube, como Google Drive o Dropbox. De esta forma, puedes recuperarlo todo si cambias de dispositivo.
Las imágenes o fotografías que adjuntes no pueden ser copiadas ni modificadas por el receptor que tan solo puede limitarse a verlas excepto cuando el emisor se lo permita. Las imágenes se envían bloqueadas por defecto, pero es posible desbloquearlas de forma sencilla. Un icono con un candado cerrado o abierto muestra el estado de las imágenes. Tanto los mensajes como las imágenes desaparecerán del dispositivo receptor en cuanto el emisor las borre de su propio aparato. ¿Interesante, no?.
De hecho, tampoco es posible hacer una captura de pantalla ni de las conversaciones ni de las imágenes. Tanto es así que para ilustrar este artículo sin complicarme la vida he tenido que usar las imágenes que aparecen en la Play Store.
Ahora bien, tampoco nos lancemos alegremente a enviar a nuestros contactos fotos comprometidas porque nada es absolutamente perfecto. Si tienes a mano otro móvil o cámara siempre puedes hacer una fotografía de la pantalla ¿no?
Lo que sí queda claro es que Surespot es, actualmente, la opción de mensajería instantánea más privada y segura.
Por supuesto, si una aplicación mostrase publicidad su condición de segura y privada quedaría en entredicho. Pero Surespot no tiene publicidad y, además, es gratuita.
Y entonces, ¿qué ganan sus desarrolladores ofreciendo esta impresionante aplicación?
Al menos tienen dos vías para financiarse; los donativos y la opción de añadir mensajes de voz que cuesta unos 2 dólares. Algo que vale la pena si somos aficionados a esto último, teniendo en cuenta que también cuentan con las mismas opciones que para las imágenes: borrado desde el dispositivo del emisor y la imposibilidad de descargarlas, modificarlas o guardarlas sin permiso (salvo que grabes el sonido recibido con otro aparato, claro, lo cual ya exige cierta mala fe).
¿Cómo se invita a otros usuarios?
Dado que la aplicación no accede a tu agenda para contactar con otros usuarios debes saber su nombre en Surespot, crear un enlace para invitarlos o usar un código QR que te proporciona la aplicación y que puedes enviar por diferentes vías o que el invitado lo escanee directamente de tu pantalla con su móvil. Ambos usuarios deben estar de acuerdo en contactar y, por supuesto, puedes bloquear a quien quieras si luego te arrepientes.
Surespot es fácil de utilizar y está en español.
Aunque el material gráfico y el video aquí expuesto (por la razón indicada anteriormente) están en inglés, la aplicación está totalmente traducida al español. Y es tan sencilla de utilizar como pueda serlo cualquier otra. La aplicación está disponible tanto para Android como (próximamente) para iOS.
Así que no me queda más remedio que recomendártela encarecidamente.
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