Siguiendo la Marcha del Millón de Máscaras (Million Mask March) organizada por Anonymous, el sitio web radicado en U.K. The Telegraph publicó un artículo titulado "Anonymous have been exposed as hypocrites. Watch them try to wiggle their way out of it". En el artículo se refieren al sobradamente conocido hecho de que Warner Bros. es la propietaria de los derechos de nuestra máscara, los beneficios derivados de su venta y que las mismas máscaras se producen en paises en vías de desarrollo.
Según el artículo, escrito por la empleada de New Statesman, Martha Gill, las condiciones en la factoría brasileña que produce las máscaras de Guy Fawkes son "desagradables" para los trabajadores. Gill no dice cómo ella ha llegado a saber que las condiciones son "desagradables", simplemente dice que lo son.
En su artículo, ella no dice que ha hablado con los trabajadores y ni siquiera indica el nombre de dicha factoría. En Twitter, Gill dice: "Por tanto, las máscaras de V de Vendetta se hacen en fábricas que explotan a los trabajadores. ¿Es esto importante?". Más tarde, cuando alguien le desafía acerca de esa afirmación, ella comenta: "Eso es lo que se dice" con lo que, esencialmente, admite que su artículo en The Telegraph está basado en un rumor.
Gill previamente se había lamentado de que es muy difícil contactar con Anonymous online. Siguiendo la publicación de su artículo, nosotros le enviamos un mensaje privado: "¿Tú hablaste con alguno de los trabajadores de la Fábrica de Máscaras Condal antes de escribir que sus condiciones de trabajo eran desagradables? ¿O le preguntaste a la viuda propietaria de la fábrica como ella trata a sus empleados?"
Después de más de 24 horas sin respuesta, quedó claro que Martha Gill no estaba interesada en hablar con Anonymous a pesar de todo.
La verdad es, Gill basó su artículo en una fotografía tomada por el fotógrafo de Getty, Buda Mendes, en la Fábrica de Máscaras Condal en São Goncalo. Esta fábrica es en realidad un taller familiar con 55 años de historia en la que los artesanos producen unas 200.000 máscaras anualmente. La mayoría de ellas están diseñadas por el artista catalán Sergi Arbusa y Amorós y son vendidas para el Carnaval de Brasil al que asisten más de 3.000.000 de personas cada año.
Para ser justos, muchas otras personas en Twitter y en las noticias han emitido acusaciones sin fundamento sobre Condal. Francamente, es triste que una fotografía de gente con piel oscura trabajando sea asociada inmediatamente a trabajo esclavizante.
Nosotros no hemos comprado ninguna imagen de Getty, pero aquí hay unas cuantas de la fábrica explotadora de Martha Gill, las cuales puedes comprar si estás interesado en hacer un reportaje sobre el trabajo manual de los artesanos brasileños.
Personalmente, creemos que la propietaria, Olga Gibert, debería demandar a The Telegraph por esta difamación. También sería apropiado que The Guardian, The Telegraph y New Statesman examinara todos los artículos de Martha Gill para encontrar información tergiversada. Podrían tener otro caso Jayson Blair en sus manos.
Al margen del engaño de Gill, el asunto de Warner Bros permanece. No se puede negar que comprando máscaras de Guy Fawkes los consumidores contribuyen a engrosar los bolsillos de este estudio de Hollywood. Warner Bros. igualmente apoya legislación a favor de los lobbies, como SOPA, que puede, sin duda, censurar la libertad de expresión online y dañar irreparablemente la integridad de Internet. Esto no es algo que Anonymous haya tratado de esconder.
De hecho, el día anterior a la Million Mask March, YourAnonNews tuiteó que no recomendaba a la gente comprar la máscara. Luego se dijo: "Ponte lo que quieras para la #MillionMaskMarch, incluyendo la máscara de Guy Fawkes. Simplemente queremos que la gente sea consciente de sus elecciones de consumo". Este mensaje no se incluyó en el artículo de The Telegraph.
La almendra del asunto es que hay consecuencias inherentes a cualquier compra. Por ejemplo, Fosconn, una de las grandes fábricas de tecnología en China ha sido descrita como un campo de trabajo forzado. Ellos también fabrican productos para gigantes tecnológicos como Apple, Dell, Sony y Hewlett-Packard. Desde 2010, al menos 17 suicidios se han producido por parte de empleados que saltaron desde la terraza del edificio. Para usar una frase del artículo de Marta Gill, hay ciertas "condiciones desagradables".
Para el propósito de este artículo, nosotros estamos partiendo de dos supuestos. Uno, al menos alguno de los redactores en The Telegraph utilizan productos vendidos por Apple, Dell o Sony. Dos, si preguntamos a alguno de esos redactores si están a favor de los trabajos esclavizantes, seguramente responderán que no. Utilizando la lógica de Martha Gill, esto convierte a los trabajadores de The Telegraph inmediatamente en hipócritas.
Sería difícil creer a alguien que afirma que investiga cada producto antes de comprarlo. Lo que podemos hacer es informarnos tanto como sea posible y sopesar nuestras elecciones con esta información. Lo que realmente podemos intentar es que las personas se esfuercen por ser mejores tomando decisiones y no mirar para otra parte frente al sufrimiento de otros.
Teniendo en cuenta que prácticamente todo el mundo toma decisiones de compra que contradicen sus valores, ¿es realmente irónico que Anonymous utilice una máscara registrada por Warner Bros.? Tal vez la palabra que buscas para esto es "desafortunado".
Lo que también es desafortunado es que periodistas hayan elegido atacar a Anonymous mientras ignoran las importantes cuestiones que hemos planteado sobre derechos humanos, medioambiente y actos de corrupción de empresas y líderes polticos. Como resultado, resulta ahora más fácil para los ciudadanos corrientes expresar su desacuerdo con el status quo.
Algunos de esto periodistas que se quejan sobre la inflación, se preocupan por el cambio climático o despotrican sobre los fallos del sistema sanitario de su país son también aquellos que frecuentemente declaran: "No entiendo de qué están protestando". Esas personas utilizan su falta de comprensión para justificar ataques contra la conciencia de los ciudadanos. Ellos claman amar la democracia pero, obviamente, no pueden soportar que la gente se comporte democráticamente. ¿Son ese tipo de personas las que merecen el privilegio de informarnos a través de las noticias?
Lo que Martha Gill olvidó mencionar es que fueron miles los que se manifestaron en el sudeste de Asia portando máscaras de Guy Fawkes mientras protestaban sobre las mismas "condiciones desagradables" que ella inventó sobre una señora y su factoría en Brasil. La próxima vez que Gill quiera explotar el sufrimiento de otros y emitir juicios, posiblemente considere solicitar una entrevista con ellos antes de arrogantemente llamar a alguien "hipócrita.
Fuente:
Original, en inglés: An open letter to the media, by Anonymous.
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