Leer un periódico de papel es ya una experiencia decepcionante. Por poco que utilices Internet te das cuenta que estás leyendo noticias muy desfasadas. Lo que publica un periódico de papel hace horas que lo leiste en Internet.
Me da la sensación de que los periódicos de papel están obsoletos. Disfrutamos de un acceso a la información casi instantáneo. Al poco rato de producirse una noticia ya podemos leer todo tipo de opiniones y análisis. Cuando, al día siguiente, compramos el periódico prácticamente todo está rancio.
La mayoría de las personas que prefieren el papel pertenecen a los últimos vestigios de una generación que no terminó de subirse al tren de alta velocidad de Internet. Viven en otro mundo que, inevitablemente, va a desaparecer.
Y la industria editorial, paradójicamente, se resiste a cambiar.
Ya lo expresamos hace años en ese otro blog que ahora se fusiona con este. Véase: El futuro del mundo editorial (publicado en el 2009).
La pregunta es:
¿Podrán sobrevivir mucho tiempo más los periódicos de papel?
Seguramente si, durante algunos años seguirán existiendo. Aunque no todos, obviamente. Ya estamos viendo como algunos se despiden y otros están al borde del abismo.
¿Y la solución es...?
Nada fácil a no ser que los propios grupos editoriales comprendan claramente la situación y la forma en que la información fluye en la actualidad.
En primer lugar hay que convencerse de que "el medio" es Internet. La información actualizada y actualizable debe estar en Internet. Y gratis porque lo de las suscripciones todavía es un resabio del pasado y no le auguro un gran futuro. O, al menos, no me parece que sea el camino a seguir.
Siguiendo la estela de la vía digital hay que tener presencia sólida en las principales redes sociales: Twitter, Facebook, Google Plus y tal vez otras. O sea, tienen que haber también periodistas especializados en estos medios.
Después, reestructurar totalmente en asunto de la edición en papel. No se puede vender una colección de noticias "viejas". La edición en papel debe centrarse en el análisis, las columnas de opinión, el uso (y hasta el abuso) de infografías, la explicación de las noticias, sus relaciones y consecuencias. Además, el humor gráfico y hasta los pasatiempos inteligentes. El diario de papel ya no es la estrella sino el complemento reposado y necesario de la actualidad que se ha paseado ya, con rapidez y sin pudor por las pantallas de ordenadores y gadgets diversos.
Esa es la vía. No hay otra.
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