• Navega al azar. Pulsa las flechas y deja que la fortuna te dispense un artículo.

    viernes, 20 de enero de 2017

    El desafiante camino del guerrero menguante

    Ya sabéis que soy vago. Así que vayamos a la avellana del asunto.



    El mundo está jodido. Mucho. Si le habéis echado un ojo a algunos de mis escasos escritos anteriores, tampoco os sorprenderá. El mundo sigue en manos de un puñado de primates alfa. No son alfa por ser de mayor tamaño ni por su belicosidad ni porque huelan más a mierda que los otros (que también) sino por las transposiciones socioevolutivas de tales factores; a saber: son más ambiciosos, no tienen escrúpulos y si, efectivamente, huelen a mierda.

    En resúmen: el crecimiento infinito no puede ser y, además, es imposible. Nos lo han vendido como verdad teológica fundamental y ahora nos aterroriza ir a un infierno (peor que el que estamos creando aceleradamente) si la economía deja de crecer. Es más, ante el temor de un decrecimiento, nos están convenciendo de tragar con todo. Y lo estamos haciendo. Si, tú también.

    [Ahora venían unos cuantos capítulos para destruir el muro de iniquidad que no nos permite ver en qué medida estamos siendo estafados, humillados y esclavizados por el puñado de detentadores de poder y su amplia cohorte de chupabotas. Obviamente, me los salto. Mira a tu alrededor]

    Naturalmente, una solución podría pasar por una revolución violenta. Los esclavos somos más. Podría funcionar. Si no fuera porque los esclavos no se levantan a no ser que aparezca un mesías. Y, dadas las circunstancias, los mesías, hoy, tienden a ser productos del márketing.

    En general, los esclavos de toda la vida tienden a idealizar su situación (al menos tenemos para comer y no nos dan latigazos si nos portamos bien). En el peor de los casos, pasando hambre tampoco se tiene el cuerpo para muchas revoluciones. La revolución violenta permanece en un estado utópico, por el momento.

    Entre las soluciones algo más tibias pero no por ello despreciables si es que conseguimos llegar al punto de que "algo habrá que hacer porque de todas formas el tiempo pasa".

    Desde luego. Para la amplia masa de esclavos que han llegado a ser conscientes de su propia esclavitud está el desafiante camino del guerrero menguante.

    Vayamos al planteamiento fundamental que no es otro que la desconexión.

    Este es un camino como el del plantador de árboles, eso sí. Sembramos semillas que llegarán un día a ser bosque, aunque no sepamos si llegaremos a verlo.

    Es el único camino no-violento coherente: desconectar progresivamente del Estado estafador y esclavizante. No me es posible recopilar todas las acciones de desconexión posibles pero el objetivo es claro: dejar de alimentar al monstruo. En otras palabras: menguar, decrecer, desacelerarlo todo. Estoy seguro de que Mahatma Gandhi lo apoyaría.

    1) ¿Nos estafan con la energía? plantéate transitar desde las acciones más leves, como contratar la electricidad a una cooperativa basada en energías renovables, hasta la desconexión total de la red eléctrica si te es posible llegar a ello. Idea (para España): Lista de cooperativas energéticas.

    2) ¿Nos humillan empleando maliciosamente el dinero público? Dejemos de pagar impuestos. Vale, a lo peor no te atreves. Es normal. Pero plantéatelo, investiga, busca maneras. No digo que te lleves el dinero que tengas a un paraiso fiscal como hacen "ellos". Digo que no se lo entregues en bandeja y/o utilízalo para apoyar proyectos colaborativos libres. Por ejemplo (global): FairCoop.

    3) ¡Decrezcamos! Apoya el comercio local, la agricultura ecológica cercana, el software libre, el cooperativismo y tiende la mano a otra gente que lo necesite. Incluso, comunícate con gente próxima.

    Solo hay un camino; lento, eso sí, pero implacable. Decrecer. Ese es el desafiante camino del increible guerrero (o guerrera) menguante.

    Probablemente ya lo tenías claro y por eso has leído hasta aquí. Si no, es posible que tengas muchas ganas de discutir lo que acabo de expresar y, para eso, está la infinita pero infravalorada sección de comentarios (con permiso de los spammers que la tienen como casa propia).

    Adelante. Mengüemos.




    (A veces escribo sobre temas sociales)

    No hay comentarios:

    Publicar un comentario

    El Plus

    Conexiones



    El Twitter