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    lunes, 28 de enero de 2013

    Es hora de imprimir tu propio dinero

    El dinero es un mero medio de intercambio. En vez de ir por ahí cargados de gallinas o nueces para hacer trueques llevamos unas monedas o unos billetes en el bolsillo.

    ¿Cómo nos ponemos de acuerdo en la equivalencia en gallinas o nueces de esas monedas o billetes?

    Bien, es complicado.  El dinero tal como lo hemos conocido hasta ahora lo controla "el rey, el gobierno, los poderosos" y depende en muchos aspectos de las fluctuaciones y caprichos de ese ente cuasiabstracto que llamamos "mercados".

    O sea, a efectos prácticos, es una tontería meterse ahora a dar explicaciones sobre ese fregado.

    Basta tener un breve esbozo del asunto.

    El valor del dinero, hoy, se basa en la confianza que la gente (en realidad "los mercados") le tengan.  ¿Qué es lo que produce esa confianza? Básicamente que un país parezca próspero económicamente, que produzca riqueza y no sea un estado obviamente corrupto. ¿Por qué se necesitan estas apariencias? Porque de otro modo cabrá la sospecha de que ese país estará imprimiendo dinero para pagar sus deudas. Si imprime dinero habrá demasiado papel, los mercados lo despreciarán y, por tanto, esa moneda tendrá menos valor a la hora de hacer transacciones comerciales internacionales. Al tener menos valor los productos importados se encarecerán porque los proveedores exigirán más cantidad de esa moneda por la misma cantidad de producto, etc, etc, etc.... bueno, ya nos estamos saliendo del tema. A la almendra:

    La idea más revolucionaria y práctica es que, abandonando todos los miedos ancestrales que nos han inculcado... podemos imprimir nuestro propio dinero.

    ¿Qué? ¿En serio? ¿Podemos?

    Claro, tú puedes crear e imprimir tu propio dinero. Supongamos que lo llamas Martindólares. Imprimes cierta cantidad y decides darle un valor. También supongamos que decides que más o menos un Martindólar equivale a una hora de tu trabajo habitual que, en ese momento, también equivale a (sigamos suponiendo) 10 euros. Así que, inicialmente 1 Martindólar equivale a 10 euros (en realidad, para ser rigurosamente exactos, a 1 hora de tu trabajo).

    Entonces te vas a la panadería, compras pan, te dicen: son 10 euros y vas tú y le pagas con un Martindólar.

    Obviamente, te mandan a la mierda y te quitan el pan. Si insistes, llamarán a la policía.

    ¿Por qué te ha ocurrido tamaña desgracia?

    Porque en la panadería no confían en tus Martindólares.

    Obvio, ¿quién eres tú para generar confianza? y, además... ¿qué puede hacer la panadería con un Martindólar?

    Tú dirás: bueno, me puede pagar a mi una hora de trabajo... soy electricista y si un día me necesitan yo sí acepto Martindólares....

    En la panadería de tu barrio no son especialmente comprensivos. La próxima vez que entres la dependienta hará una seña a su compañero para que tenga a mano el teléfono para llamar a la policía, si es necesario.

    Pero tú acabas de descubrir algo muy interesante... algo que ya se está haciendo y algo que está funcionando. Se llama, por ejemplo, Bancos de Tiempo.

    En los bancos de tiempo una hora de tu trabajo se convierte en una moneda con la que puedes pagar a otras personas por una hora de su trabajo.

    Esto puede parecer a primera vista una obviedad. Y lo es. Desde tiempos inmemoriales se le ha llamado trueque. Simplemente que ahora se puede hacer de una manera más organizada y liberarse de la esclavitud del dinero de los estados.

    Pero esto es solo el principio. Realmente (casi) se podría vivir con dinero virtual.

    El dinero virtual existe desde hace muchísimos años.

    Dejando aparte el hecho indudable de que hoy en día la moneda de un país no es más que una moneda virtual (no va asociada a ningún tipo de valor tangible); muchas otras formas de "dinero" han convivido con nosotros sin que seamos muy conscientes de ello.

    Veamos un par de ejemplos:

    1) Hace unos años en muchos supermercados te daban unas pequeñas pegatinas que eran puntos. En algunos casos los ibas pegando en un album y cuando tenías nosecuantas cartillas llenas podías cambiarlas por productos de un catálogo. Esos puntos eran dinero.

    2) Hoy, en gasolineras, hipermercados, etc... también te dan puntos que se van acumulando en una tarjeta. Esos puntos tienen un valor canjeable posteriormente por productos o descuentos. Eso también es dinero.

    3) Hay muchos juegos en linea que utilizan sus propias monedas ¿te habías dado cuenta? A veces se consiguen cambiándolas por monedas oficiales de un país, otras veces a base de realizar determinadas acciones en el juego. Algunas de esas monedas virtuales han llegado a adquirir una gran importancia y se compran y venden como cualquier otra divisa. Por ejemplo: el Linden Dólar creado para Second Life.

    Lo anterior es dinero que puedes utilizar, usualmente, en los comercios de la empresa emisora. Con ese dinero se pretende fidelizar al cliente. Por esa razón es un dinero pero presenta numerosas limitaciones como la de poder utilizarlo solo para conseguir productos de un catálogo determinado o de una empresa concreta.

    Pero, partiendo de esta idea se puede ir mucho más allá.

    Obviamente, los Martindólares no parece que vayan a prosperar mucho excepto que consigas generar confianza en tu familia y comiences a utilizarlos con ellos.

    Mi estimada hermana, toma, te voy a pagar ese dinero que te debía en Martindólares. Guárdalos y cuando necesites algo de mi me puedes pagar con ellos.

    Bueno, digamos que tu hermana te quiere mucho. Estupendo. Tal vez puedas ir expandiendo tu radio de acción. Eso si, no creas que puedes imprimir Martindólares indefinidamente y hacerte inmensamente rico. Cada Martindólar que pongas en circulación debería estar respaldado por una hora de tu trabajo. Si no lo entiendes llegará un momento que toda tu familia hará una hoguera con ellos y, curiosamente, tú estarás en el centro de esa hoguera con los movimientos algo restringidos.


    ¿Es factible crear una nueva moneda en un ámbito local?

    Cuidado que ahora viene lo interesante. Claro que es factible. Cualquier moneda creada en el ámbito de un grupo más o menos numeroso de personas que estén dispuestas a utilizarla es totalmente factible. Incluso diría que, tal como están las cosas a nivel macroeconómico, es absolutamente necesario crear nuevas monedas de ámbito local.

    Ojo que cuando digo local lo hago sin poner necesariamente límites a esa localidad. Hay monedas que ya son un éxito total y su "ámbito local" es exactamente todo el mundo. Uno de esos casos de éxito es el Bitcoin.

    Hay que reconocer que el Bitcoin parte de una gran idea y un excelente algoritmo informático. Esta es hoy por hoy la moneda que más temen los que han controlado la economía mundial (hasta ahora).

    Por tanto, el Bitcoin podría ser una moneda alternativa muy interesante. Cierto es que en la panadería de tu barrio tampoco admiten Bitcoins como forma de pago. Pero en unos años es posible que si ya que cada vez más gente la está utilizando.

    Pero dejemos aparte el Bitcoin por ahora. Vamos a algo que pueda llegar a utilizarse fácilmente en la panadería de tu barrio sin que llamen a la policía.

    Para ello, visto que los Martindólares no han conseguido imponerse, habrá que pensar colectivamente (muy necesario). Aún más, es imprescindible pensar cooperativamente.

    ¿Qué impide a un barrio, una asociación local de comerciantes o cualquier comunidad suficientemente grande imprimir su propia moneda?

    Te lo voy a decir: NADA.

    El único obstáculo es generar la confianza inicial. Algo que es muy fácil si formais una cooperativa o una asociación cuya finalidad sea hacer que la vida de sus asociados mejore cada día. En el caso de una asociación local de comerciantes es todavía más fácil. Basta proporcionar ese dinero a los clientes como una forma de descuento o gratificación por compra. La gente guardará ese dinero porque podrá usarlo en cualquier comercio del barrio, del pueblo o de la ciudad (al menos en los que decidan participar en esa gran idea).

    Imagínate si es un ayuntamiento el que decidiera imprimir su propio dinero y sirviese para pagar también servicios e impuestos locales.

    Dirás: ¿y por qué la gente iba preferir ese dinero antes que la moneda oficial del país?

    Hay varias razones posibles:

    - El nuevo dinero no pierde su valor aunque la moneda del país sí lo haga. Claro que esto depende de la honestidad (la confianza, ¿recuerdas?) de quienes emiten la moneda.

    - El nuevo dinero es utilizable ampliamente en toda la comunidad.

    - El nuevo dinero no está sometido a cualquier otra fluctuación del mercado. Digamos que los Pesos de Villarriba son fuertes porque no dependen de variables macroeconómicas y por tanto su valor es estable y confiable. De hecho, podrían incluso revalorizarse respecto a otras monedas debido a que la gente de la comunidad los prefiere antes que otra divisa. Así que sería muy deseable tener unos buenos ahorros en Pesos de Villarriba.

    - El nuevo dinero produce una satisfactoria sensación de libertad en las personas que la utilizan, más el orgullo de estar utilizando una moneda que es propia de la comunidad en la que vives y con la que te identificas más claramente.

    - Una moneda local favorece y potencia la riqueza local lo que, finalmente, redunda en beneficios para toda la comunidad. En vez de que el dinero se vaya lejos las monedas locales permanecen en la comunidad pasando de unas manos a otras. Si hay una salida coherente y práctica para una crisis financiera esta tiene que pasar necesariamente por tomar conciencia de la economía local y mantenerla fuerte. Esto solo se puede hacer decidiendo comprar, vender y contratar servicios en el ámbito local siempre que sea posible.

    Inconvenientes:

    - Que la entidad emisora de la nueva moneda fuese incapaz de generar confianza o mantenerla. Básicamente se trata de que el transfondo y la gestión de la iniciativa sea transparente y honrada. Si no fuera así, la confianza se terminaría destruyendo y nadie querría la nueva moneda. Fin del asunto, con bronca incluida.

    - Que alguien se dedicara a falsificar la moneda. Esta situación es grave para cualquier moneda si la falsificación alcanza cierto volumen relativo. Ciertamente no es algo que pueda temerse en cuanto estamos hablando de una moneda de ámbito local. Pero también podría suceder por lo cual se puede llegar al punto en el que se necesitarán implementar mecanismos para dificultar las falsificaciones o identificarlas. Periódicamente también podrían cambiarse los billetes o las monedas por otras nuevas.

    En general las monedas locales tienen más ventajas que inconvenientes y, desde luego, esas ventajas  pueden superar por mucho a las de las propias monedas oficiales que tantos disgustos suelen proporcionar.

    Algunos ejemplos de monedas locales 

    Ithaca Hours.- comenzó a emitirse en 1991 y su éxito marcó e impulsó el nacimiento de muchas otras monedas locales. Se utiliza en Ithaca, New York donde más de 900 negocios la aceptan como moneda.

    Xarxa Eco.- artículo sobre monedas sociales y la que utiliza esta red social de trueque: el Eco.

    Sol.- nuevo sistema de economía local basado en intercambios y en una nueva moneda: el Sol.

    Sistema de Intercambio en Comunidad.- basada en el valor del intercambio y el trabajo.

    Sin deuda.- esto es el embrión de una idea. Podría ser una nueva moneda: el IBU; como ya hemos dicho, basta con que genere confianza. Echale un vistazo y aprenderás algo más sobre el tema.

    Autodependencia y moneda social (noticias y artículos).

    Monedas locales (artículo en la Wikipedia).- información básica, histórica y más enlaces para profundizar en el tema.

    Otros enlaces útiles:

    - Sitios de internet para hacer trueques.
    - Enlaces útiles sobre consumo.
    - Sitios sobre "ahorro".
    - Banca ética.

    En resumen:

    Nuevos tiempos, nuevo dinero. Tal vez las nuevas monedas no solucionen los gravísimos problemas estructurales de fondo de la economía mundial pero devuelven el valor a las personas y crean un sentimiento de comunidad a la vez que favorecen la circulación de la riqueza en esas propias comunidades.  Es perfectamente factible que una comunidad suficientemente amplia funcione casi exclusivamente con el dinero creado en esa propia comunidad.

    Solo es cuestión de arrancarse los miedos y hacerse una transfusión de cooperación.

    Si conoces más monedas virtuales, locales o comunitarias compártelo en los comentarios e iremos perfeccionando este artículo imperfecto. Gracias.


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